
Nara
Pyros
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Tomás no paraba de revolverse, intentando zafarse de aquél papel. No parecía muy contento y no dejaba de pegar gritos y alaridos.


-En un documental que vi decían que algunos animales se calmaban si se le acariciaba el hocico.

-Por probar que no quede, pero... ¿quién lo hará?, quien lo intente puede perder el brazo.

-A mi no me mires, la idea ha sido del enano, voto por él.
La pareja de hermanos se quedó mirando fijamente a Hino y empezaron a acercarse a él lentamente.

-Hey chicos... ¿Por qué me miráis así?... No... Me estáis asustando... enserio dejadlo ya... NOOOOO
Los dos arrojaron al genin al lado de Tomás, que empezó a revolverse, intentando seguramente hacerle alguna llave.

-Rápido, la cara, la cara, sóbale la cara.
Desesperado, Hino hizo caso a Pyros, y le sobó la cara durante un laaaargo rato, a ver si así se tranquilizaba. En apenas unos instantes, el sobeteo dio sus resultados, aunque no los esperados, y ,hecho una furia, Tomás rompió el papel que le envolvía y pegó un tremendo alarido, momento que Hino empleó para alejarse.

-Y... y... y ahora que hacemos.

-Arrojémosle algunos turistas, alomejor así se calma un poco y nos da tiempo a escapar.
Mientras Kertch se tapaba los ojos y les decía que no serviría de nada, Hino y Pyros empezaron a lanzar a turistas al Tomás, intentando convencerles de que era por una "buena causa". Por suerte, uno de los turistas, llevaba en su bolsa un bote de gomina, que se le cayó mientras era lanzado. Para asombro de todos, el ser, no mató a ese turista, sino que fue corriendo al bote de gomina y empezó a peinarse (nota para los que quieran peinarse así, solo tenéis que ir a una peluquería y pedir que les hagan un Tomás).
Agradecidos, los de la isla, abrieron los cerrojos y entregaron los tickets, por fin, ahora, podrían ganar dinero con el turismo y no tener que sacrificarlo, solo tendría que darle un bote de gomina al día a la bestia, poco si se tiene en cuenta todo lo que tenían que hacer hasta ahora.
Los tres estaban contentísimos, no solo habían conseguido escapar de la bestia, sino que tenían un pasaje para un barco rumbo a niebla, esta vez, no tendrían que ir escondidos en la bodega, sino en un camarote cada uno.
Era ya el primer día de viaje y estaban los dos hermanos (Hino se encontraba encerrado en su camarote, Kertch lo había dejado allí para no tener a Pyros todo el día molestando preguntando cual de los pasajeros estaba rico) paseando por cubierta, cuando oyeron una vocecita.

-¡Eh!, vosotros, venid aquí, tengo algo que enseñaros.

-¡Eh!, ¿quién habla?.

-Aqui abajo imbécil, soy el grandioso Joda.

-¡Ostias!, es Jodas, el dios de los regates.
(Para los que no entiendan nada, aclarar que Jodas es un conocido de los narradores de este blog, para mas información enviar "No me Jodas!" al 5555 o mensaje a los narradores).

Y ahora, os enseñaré unos regates, para que alucinéis conmigo. ¡Mirad, mirad!, ¡mirad como me voy de esta barand...
CHOFFF

Por fin, y sin algún otro incidente, los tres llegaron a puerto, al fin habían llegado a la Niebla.
Sin ningún otro motivo aparte que el aburrimiento, los 3 se adentraron, buscando el afamado templo de la isla. Durante el camino, iban charlando acerca de lo que les dijo aquel enano, de superar sus miedo, todos coincidían en que el mayor miedo de Kertch era que el Yonko le controlase, y el de Pyros el mono, pero ninguno supo el por qué el enfrentarse a ello le iba a dar un mayor poder, al final, acabaron pensando que aquellas palabras, fueron más bien las de un loco que las de un sabio, dejando de buscarles el sentido.
Entretenidos como estaban por la charla, no se dieron cuenta que, una misteriosa y enmascarada criatura, les atacó por la espalda durmiéndolos con un trapo empapado en alguna misteriosa sustancia.
No fueron tan desafortunados como cabe pensar, pues, fue cosa del destino que acabaran despertando en el mismo templo al que iban, aunque no en las circunstancias en las que querían, pues, encerrados con ellos, estaban los dos del escuadrón beta.
Estaban apunto de enzarzarse en una pelea, pues, aparte del odio que ya se tenían, las dos partes acusaban a la otra de haberlos atacados y encerrados allí, cuando de improvisto una pantalla gigante se encendió iluminando toda la sala.
-Hola, quiero jugar a un juego. Hasta ahora, no habéis hecho mas que luchar entre vosotros, pero nunca ha habido un claro vencedor, ahora, habréis de ganar, para salvar vuestras vidas...

-Jooo... bueno, la verdad es que los prefiero antes que a Tomás.
Dicho esto, Pyros se fue corriendo hacia Ghoss y lo lió en un papel, parecido al que había usado para envolver a Tomás, ultragrueso y ultraresistente.

-Ja ja ja... es inútil, todo lo que hagas no sirve de nada, puedo salir fácilmente de aquí, mira, ahora solo tengo que transformarme en humo y...

Pyros dió una laaarga calada a su porro con una gran cara de felicidad.

Dijo mientras echaba todo el humo de sus pulmones, que poco a poco iba tomando forma humana y se iba espesando.

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