viernes, 12 de septiembre de 2008

La verdadera historia... Capitulo 1.4









Nara
Pyros









Pyros salió de la casa del Hokage frótandose enérgicamente las manos, bajó las escaleras y sintió, derrepente, la presencia de su hermano, pero junto a esta, la de otra persona... o animal...



-¡¡¡¡Hijo de puta!!!!, ¡¡Ese hokage era mio!!, ¿¿Cómo has osado?? Esta vez vas a morir... Te fumaré de una vez por todas








-Oooh... pobre lorito, se ha quedado sin su porrito.




Tras la provocación, Kertch, poseído por el Yonko, prepara su ténica de fumada definitiva... El cielo se vuelve verde por unos segundos, la tierra tiembla... Esta vez nada podría salvar a Pyros de la ira del Dios-porro.
O eso parecía; porque aprovechando el momento de debilidad del loro gigante, por el inmenso consumo de energía para hacer "la gran técnica", Kertch salió de las tinieblas y atrapó al Yonko, mientras lo empujaba hacia su interior...



-NOOOOOOOOOOOOOOOOO!! DEJAME MATARLO... DEJAME FUMARLO... PUTO PYROS...ALGÚN DIA TE FUMARÉ... LO JUROOOO!!!





-Bueno... Problema resuelto... Y ahora... ¡¡¡Pedazo de inconsciente!!! ¿Has estado a punto de provocar una masacre?!! ¡Sabes de sobra lo peligroso que es el Yonko y aun asi me pusiste todas esas trampas! ¡Y por si fuera poco te has fumado al Hokage, animal! ¿Qué haremos ahora?



-Un buen porraco y listo.




Dijo con una entonación grave y un poco rara.


-No todo se arregla con un peta... Ya deberias saberlo, hermano...






-Si algo no se arregla con un peta, prueba con otro mucho más grande.



Y dicho y hecho, Pyros sacó un porro gigante, que llevaba a la espalda, y, gracias a unos sellos, le dió forma de Yondaime.



-Es una copia perfecta, y pensar que está llena de... de...
Agasaahasa... gwaaaaaargh...


Pyros lanzó un grito escalofriante y se abalanzó velozmente sobre la copia-porro y antes de que nadie puediera hacer nada por evitarlo se la había fumado.

Al cabo de un rato salieron a la calle, Kertch un tanto cabreado iba echandole la bronca a Pyros.


-Eres subnormal, te has fumado lo menos treinta copias hasta que te he tenido que sujetar y sacar a patadas de la torre... ¿Ese era tu maravilloso plan? Por no hablar de la copia... Parecía aún más tonto que el original... En fin, será mejor que nos vayamos de la Aldea cuanto antes. Ve a comprar provisiones para una semana, ¡y rapidito!



Pyros agacho la cabeza y refunfuño algo prácticamente inteligible.



-Pero, ¿por qué tengo que ir yo?.







-Porque te has fumado al puñetero Hokage, porque has estado a punto de provocar el cabreo del Yonko, y con ello la destrucción de esta Aldea y la muerte de miles de inocentes... ¿Es necesario que siga? ¡Y ahora deja de lloriquear como una nenaza y de protestar, y corre, joder! ¡Que si nos ven aqui los tendremos persiguiendonos todo el maldito viaje!


-Eres un puto negrero.




Y Pyros se fué en dirección a su casa.

Al cabo ya de unas cuantas horas, Kertch vio por fin a su hermano, que venía corriendo.


-¿Pero qué cojon...? ¿Qué hace este perseguido por cientos de personas ahora? ¿Por eso estaba tardando tanto? ¡Joder, joder, jodeeeer...!





Kertch se quedó inmóvil, observando como se acercaba Pyros y aquella muchedumbre, cuando ya Pyros estaba a unos 30 metros, vió que llevaba a un genin debajo del hombro.


-¡¡Que me sueltes te digo!!, ¡¡¡maldito anbu chiflado!!!, ¡¡¡como no me sueltes te matoooo, te estás metiendo con el futuro Hokage de esta aldea!!!.






-Ahora entiendo el por qué me entraron tantas ganas de fumarte.



-¡¡¡¿¿Otra vez??!!! ¡¿Pero qué te ha dado con ese crío?! ¡Te dije que fueras a por víveres, no a por víveres y un niño! ¡Suéltalo, idiota!



Kertch usó su técnica de línea sucesoria para atrapar a su hermano empleando su propia sombra. Luego le obligó a soltar al niño.




-Lástima, tiene que estar rico.





Pyros soltó al genin y éste, al ver que el anbu seguia corriendo miró a la multitud y gritó.




-¡¡¡A por él!!!, ¡¡intentó fumarme y ahora ha intentado raptarme!!



-¡¡Eso!!, ¡se fumó los papeles de la casa que acababa de comprar, y ahora no tengo donde dormir!

-¡Se fumó el dinero de la casa que le acababa de vender!.



-Es que no tenía otra cosa con que liarme los petas.



Pyros pasó corriendo al lado de Kertch y este aprovechó para seguir insultandole mientras le seguia corriendo. Al doblar una esquina y perder de vista a la multitud durante un rato, Kertch realizó una copia suya y de su hermano, acto seguido agarró a su hermano, que ya estaba a punto de fumarse una, del cuello y le obligó a esconderse.
Rápidamente la multitud atrapó a las dos copias y se pusieron a propinarles una buena paliza.


-Ya los puedes ir poniendo a dormir, o se darán cuenta de que no son los de verdad... ¡Rápido!










Técnica oculta de la aldea del peta: ¡Resacón no-jutsu!

Kertch se tapó rápidamente la nariz y aguantó la respiración mientras Pyros comenzaba a fumar frenéticamente, produciendo una nube de humo tan espesa que los allí presentes no tardaron en caer al suelo, todo colocados los muy mamonazos.

Tras haber solucionado el problema Kertch y Pyros abandonaron la aldea, parándose a descansar en las afueras.


-Aaahh. Por fin un descansito... Pásame los víveres, anda, que tengo sed.








El rubio se quitó la bolsa de la espalda y se la lanzó a su hermano que estaba acomodándose en el suelo. Kertch cogió la bolsa al vuelo y la abrió avidamente.



-Pero... ¡¡¡¡¡PERO QUÉ MIERDA ES ESTO!!!!! ¡¡AQUÍ SOLO HAY PETAS, PAPEL Y HOJAS DE MARIA!! ¡TE DIJE QUE COJIERAS PROVISIONES, IMBÉCIL! ¡¡Ahora tendremos que volver a la Aldea!! Cómo te vuelvas a meter en un lio ahora cuando entremos te juro que te enteras...




Y Kertch aún cabreado, puso rumbo a la aldea, junto con su hermano.


Estaban ya entrando en la aldea cuando, un hombre un tanto bajito, gordito y calvo, saltó delante de los hermanos impidiéndoles el paso.
-¡¡Eh!! A vosotros os conozco, tu fuíste el que se fumó mi peluquín.-Dijo mirando a Pyros.-Ahora pagareis vuestras fechorías, pues, no sois rivales para mi técnica, técnica.

Las dos últimas palabras las pronunción con un especial entusiasmo, abriendo mucho la boca y moviendo la cabeza hacia delante y hacia detrás en movimientos rápidos y cortos.

Sin abrir siquiera la boca, Pyros fué girando lentamente su cabeza hasta toparse con la mirada de su hermano, el cuál asintió levemente.
En apenas un instante, imperceptibles para todo ojo que no estuviera bien entrenado, Pyros se avalanzó sobre el "taponcete" y antes de que este pudiera hacer nada, estaba bien liado y encendido.

Tras aquél "pequeño" contratiempo los dos naras reemprendieron la marcha, rumbo a la casa de Pyros, que era la que se encontraba más cerca de las dos.


Tras escasos minutos andando, los dos anbus, entraron en la casa.


-Bueno, ¿dónde está la dichosa despensa?











Pyros señaló un rincón de la cocina, donde se hayaba una puerta de madera. Kertch cogió su mochila y se acercó a la puerta andando, esta vez no quería fallos, no le gustaba mucho andar, asi que el mismo se encargaría de guardar las provisiones necesarias. Una vez hubo llegado a aquel lugar, giró el pomo de la puerta y esta se abrió sola empujada por el enorme peso de los cientos de petas que ahora mismo se le estaban cayendo a el nara encima.



-Que raro, juraría habermelos fumado...





-¡Yo te mato!









-Aaaah... haberme dicho antes que te referías a la despensa de comida... esta allí.



Y señaló a otro rincón de la cocina, uno un poco oscuro y leno de telarañas.




-Bien... Aunque podrías limpiar de vez en cuando, so guarro...









Kertch se acercó al rincón señalado y vió dos puertas, estaba a punto de abrir la de la derecha cuando la voz un poco alarmada de su hermano le interrumpió.


-¡¡¡NO!!!, ¡esa no la otra!.




Pero Kertch hizo caso omiso de lo que decía su hermano, como solía hacer y giró el pomo de la puerta, con curiosidad y por otra parte con miedo, en aquella casa podía pasar de todo, decidido, pegó un fuerte tirón de la puerta y saltó hacia la otra punta de la habitación por si las moscas.
Nada más la puerta se abrió una figura humana salio de aquella pequeña y oscura habitación.



-¡¡¡HIJO DE PUTA!!! ¡Esta si me la vas a pagar!, ¡¡tenerme varias horas ahí encerra...




Antes de que pudiera acabar la frase, Pyros, le puso la mano en la boca y se colocó entre él y su hermano. Cerró la puerta de un portazo.



-¡Eh! Un momento... ¿Quién era ese? Me ha parecido ver...










-No nadie... un gato... ¡Si!, mi gato.



Dijo mientras arrojaba al niño por la ventana.




-No sabía que tuvieras un gato...






Y Kerch se dirigió de nuevo hacia las puertas, y abrió la puerta correcta, encontrando, un par de latas que más que latas parecían dos globos a punto de estallar.




-Bien, ya puedes ir explicando esto.







-No, estas son para los invitados, yo suelo comer fuera.






-¿Me estás diciendo que hemos venido para nada? ¡ERES ANORMAL! ¡NO TENEMOS TIEMPO PARA ESTO! ¡AHORA TENDREMOS QUE IR A MI CASA,Y HEMOS PERDIDO MUCHO RATO POR TU CULPA! ¡SI ES QUE YA LO DECÍA MAMÁ... TE HAS QUEDADO AJILIPOLLAO CON TANTO PORRO...



Y la singular pareja pusó rumbo a la casa de Kertch.


-Mira... La casa de Anjiresu... Qué recuerdos ¿eh? Como cuando le destrozaste la pared para ayudarme a hablar con ella... Jaja, fue un detalle por tu parte, pero no hacia falta que fueras tan bestia jajaja.






Pero Pyros ya no le estaba escuchando, estaba uno cuantos metros más atrás, apuntando a una de las ventanas.


-Y el jugador veterano de los Fumeta's Team se dispone a lanzar, agarra fuertemente la bola, recula y con espléndido juego de muñecas lanza la bola... y...







-¡Ni se te ocurra!








Pero ya era demasiado tarde, Pyros había lanzado.


-¡STRIKE!. El público enloquece, weeeee.



Un objeto se dirige rápidamente hacia la casa de Anjiresu, poor suerte, la ventana se encontraba abierta y no se rompió ningún cristal.



-Te dije que no hicieras eso... Las ventanas de la gente no son para tirarles piedras, imbécil. Que pareces un crío. Esta vez has tenido suerte, porque no se ha rot... Oye, ¿por qué te tapas los oídos?








La respuesta a la pregunta no tradó en llegar, no acababa de pronunciar la frase cuando, una explosión proveniente de la habitación a la que había tirado la supusta piedra.

BoOoOoOoM

Kertch aún no daba crédito a lo que acababa de ver y oir, estaba inmovil, con un ojo más cerrado que el otro y la mirada fija en aquella habitación, que acababa de estallar.




-Wooooojuu... eso si que ha sido una buena explosión, espero que Anji no se cabree por la bromita.





-Ya hablaremos de esto. Ahora vámonos.



Agarró a su hermano por el cuello de la camiseta y se lo llevó corriendo de la aldea, antes de que una multitud, molesta y furiosa por haberles despertado, les persiguiera de nuevo.



-Tengo hambre... ¡¡Y no hay nada para comer por tu culpa!!










-Habérmelo dicho antes, aqui tengo unos bocatas.




Pyros lanzó un bocata al hambriento Kertch que no tardó en agarrarlo y en pegarle un primer bocado, mientras masticaba, o más bién engullía, el bocado, levantó la vista del suelo y se cruzó con la fija mirada de Pyros, el cual estaba atento a todos sus movimientos, con los ojos ligeramente cerrados y con una media sonrisa dibujada en los labios, estaba como esperando algo... Entonces algo saltó en la cabeza del Kertch, una señal de alerta, bajó rápidamente de nuevo la mirada y la posó sobre el bocata, que, hasta ahora no había ni mirado.












Rápidamente escupió lo que le quedaba en la boca del bocata y se avalanzó sobre su hermano para extrangularlo.

Tras tranquilizarse, Kertch mandó a su hermano lo único que sabía hacer bien, fuego.
En apenas unos segundos, Pyros, hizo una humeante y calentita hoguera.


-Joder, qué rapidez... No te he visto ni ir a por leña. ¿De dónde has sacado estos troncos que arden tan bien?







-Ah... Los troncos... los he sacado de mi maleta...






-Pero si ahí solamente había porr...










Rápidamente Kertch empezó a tirar tierra encima de la hogera, temiendo volviera a tomar el control el Yonko.



Harto ya de las imbecilidades de su hermano, Kertch cogió uno de los sacos y se acostó.
Allí tumbado estaba tan agustito... la almohada blandita, una sábanita tapándole, un colchón blandito, hecho con hojas, un suave aroma a hierbas, todo con un suave tacto a... a... ¿celulosa?.
Kertch se dió la vuelta para acomodarse bién y vió que el otro extremo de la almohada estaba ardiendo, pero no sólo la almohada, sino también el fondo del saco, rápidamente saltó de la cama y miró a su almohada desde otra perspectiva.









Pero no sólo la almohada era un peta, toda la cama era uno, las sábanas, papel para fumar, el colchón, hojas de maría...

Lleno de una furia incontrolable Kertch salió corriendo hacia Pyros, lo agarró fiertemente por el cuello y comenzó a gritarle.



-¡¡¡Insensato!!! ¡¡Has estado a punto de liberarlo otra vez!! ¡Sólo unos segundos más y no habría podido controlarlo! ¿Cuándo vas a comportarte como una persona adulta?






Pyros dio una laaarga calada a su peta y se la hechó a su hermano a la cara. Una explosión sacudió la tierra.