viernes, 12 de febrero de 2010









Nara
Pyros





La pelea había comenzado, tanto Kertch como el poseído Pyros se encontraban sumergidos en una terrible lucha a muerte con sus respectivos adversarios. Hino, a escasos metros de ellos se encontraba ahora delante de un adversario, de parecida estatura, rubio y con una cara bastante familiar...

-Mi nombre es Shikaru, prepárate a morir.








-¡¿Naruto?!... pe... pero... ¿Qué haces aquí?...







-¡¡!!... ¡¿De qué conoces a mi hermano?!... ¡¡RESPONDE CABEZA HUEVO!!








Mientras que sus compañeros peleaban a golpes, Hino estaba teniendo otro tipo de lucha con su adversario, desplegando cada uno de ellos todas sus habilidades.

-¿Sabes?, el otro dia ví a tu madre sacando al perro... no... espera... paseaba contigo -Me alegra que saques el tema porque tu madre es tan fea y tan peluda que el único que se la folló fue King Kong y tú eres la consecuencia -Pues de ti ya ni hablemos, que eres tan feo que de pequeño tus padres te acariciaban con un palo -Lo tuyo si que es una exageración, que cuando naciste tu madre empezó a buscar la camara oculta.


La tensión se podía cortar con un cuchillo, los dos adversarios estaban en medio de una épica lucha verbal, y ninguno pareciar dispuesto a ceder. Era una auténtica lucha de titanes, pero como en toda lucha, debe de haber un vencedor, e Hino tenía la ventaja de toda la práctica que había tenido con Pyros.


-Eres tan feo que... que... tu madre... ¡¡¡AGGHHH MALDITO, ME VENGARÉEEE!!!













No muy lejos del combate de Hino, Pyros se encontraba arrancándo árboles y acercándose más y más a su enemigo, que empezaba a notar cómo le flaqueaban las piernas y cómo las gotas de sudor empezaban a recorrerle toda la cara.


-Mieeeeer...daaaaa...










Estaba ya a punto de alcanzar a su objetivo, y por consiguiente enrollarlo y fumárselo cuando, su pequeña presa, controlada por el pánico, salió corriendo hacia las puertas por las que, minutos antes, había salido. Las puertas, en respuesta a esta inesperada retirada, se abrieron de par en par, permitiendo el libre acceso, y la libre salida, a la fortaleza.

Sin pensárselo dos veces, mejor dicho, sin pensarlo, Pyros se lanzó a la persecusión de su contrincante Argus, pero algo le entretuvo al pasar justo enfrente de Hino y su especial adversario, algo muy muy familiar. A pesar de su estado de semiinconsciencia, lo poco que quedaba de Pyros pudo recopilar y procesar la información que sus sentidos le estaban dando

-Pero, ¿a este no lo tenía encerrado en mi...-Dijo mirando a Shikaru a la vez que abría raudo su enorme bolsa de viaje. -Sigue en su sitio... pero entonces, ¿cómo es posible que lo vea también fuera?... Oye, ¿tú no tendrás por casualidad un hermano o alguien que se te parezca no? -Dijo hablándole a algo que se revolvía en la bolsa, esperó un tiempo a respuesta, pateó un poco la bolsa al no recibirla y luego asintió con la cabeza. -Eso lo explica todo...


Una vez el nara hubo aclarado el misterio del hermano de Naruto, prosiguió con su persecución, entrando en la fortaleza por las puertas habiertas. El interior se encontraba lleno de soldados en formación, que iban llegando a cientos desde distintos puntos de la fortaleza, armados con todo tipo de armas. Pero no había ni rastro de Argus, la única pista de la que disponía Pyros para determinar su posición era la, ahora desafiante, voz que provenía de entre los soldados.

-¿De verdad creías poder derrotarme tan facilmente?, pobre ingenuo, ahora no te enfrentas a un escuadrón de pacotilla, estás frente a un miembro del escuadrón alfa. Mientras siga yo con vida tu seguirás con el mono, ¿duele?. Dime la verdad, ¿cuánto tiempo crees que podrás aguantar así?, ¿serás capaz de encontrarme antes de morir?, lo dudo. Ahora mismo tienes ante ti a 270 soldados, y pronto ese número aumentará, ¿podrás encontrarme entre tanta gente? jajajaaa... pero no te preocupes, para que no te aburrieras he puesto trampas por todas partes... ajajaaa... ¿morirás por el mono o por ellas? ajajaaajaa... estoy impaciente por saberlo... ajajaajaaa...



.

jueves, 11 de febrero de 2010






Nara Kertch












-------------------------- ----------------------------- ----------------

Al llegar a la fortaleza el trío había sido sorprendido por un grupo de tres individuos que los habían atacado casi sin dar explicaciones.

Kertch hizo un rápido análisis de la situación y dio instrucciones a sus compañeros para dividir la fuerza enemiga en enfrentamientos de uno contra uno. Sabiendo que su hermano sería el primero en entrar en combate debido a su impaciencia, Kertch le dejó a él que peleara contra su adversario (un tipo corpulento con el pelo en forma de pinchos) en la puerta principal, y le dijo a Hino que tratase de alejar a su contrario (un tipo con aspecto de niño rubio que le resultaba tremendamente familiar) todo lo que pudiera de aquella zona.

Entonces se paró a observar cómo el joven que él tenía delante parecía estudiar sus instrucciones con sumo interés, y asentía con la cabeza.




-Este tipo... -se dirigió hacia él- ¿Eres el líder de vuestro escuadrón, verdad? Debéis de ser de la Liga antidrogas también, si no me equivoco.





-Una observación muy aguda... y acertada. Por lo visto vosotros sois los que acabasteis con el escuadrón Beta, ¿verdad? Era nuestro segundo mejor grupo de hombres, y ahora dos de ellos están muertos y el otro huído. Me temo que no sois conscientes de la situación en la que estáis envueltos. Ahora mismo sois enemigos del Gobierno a nivel internacional, y por eso he decidido traer a mi equipo y ocuparme personalmente de vosotros, antes de que podáis causar más problemas. Soy Nathaniel, el líder del escuadrón Alfa y comandante máximo de la Liga Antidrogas; y seré la última persona que veas en tu miserable vida.


Kertch escuchó el discurso de su adversario y trató de recavar la mayor información posible ignorando las amenazas, pero cada vez veía más claro que aquel conflicto era ya inevitable. Habían burlado a aquel organismo durante demasiado tiempo, y al matar a dos de sus miembros habían enviado a su mejor escuadrón para acabar con ellos.
Mientras escuchaba, había aprovechado para observar el terreno circundante, descubriendo que no muy lejos de donde se encontraban había una puerta lateral de acceso a la fortaleza. Pensó que debía apañárselas para guiar el combate en esa dirección.


-Ya veo... Bien, pues si pelear es la única forma de arreglar este problema...






Sacó dos porros del bolsillo y los transformó en katanas antes de colocarse en guardia. Estaba a punto de lanzarse contra su oponente cuando se dio cuenta de que éste también estaba desenfundando una katana blanca de extraordinaria longitud.

-Bien, me alegro de ver que tú también peleas con espadas. Debo confesar que si me hubieras atacado con alguna técnica Suu esto me habría puesto de muy mal humor... De todos los yonkis que existen, no hay ninguno por el que sienta más desprecio que los Suus. Tal vez sea por el hecho de que mi poder proviene directamente... de ellos.





Y a modo de explicación para sus palabras, Nathaniel puso su katana frente a si, realizó un sello con la mano que le quedaba libre y al momento empezó a desplegar un aura de color verdoso alrededor de su cuerpo.
Atónito, Kertch se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Lo que había desenfundado un momento antes no era en realidad una katana. Ahora veía claro que su color blanco se debía a que era un porro endurecido y alargado, recubierto de papel blanco común. Al aplicarle energía, en una técnica muy similar a la que el propio Kertch usaba para crear sus porro-espada, el papel se fue desprendiendo, dejando ver un extraño metal verdoso que el Nara reconoció al momento.


-Maldita sea... Ese metal es... El mismo extraño material del que estaba hecho el portal dimensional Suu.








Después de aplicarle la onda de energía, el metal brilló con una luz verde cegadora, y desde ese momento se quedó rodeada del aura destelleante. Sin darle tiempo para preguntar por la extraña katana que portaba su oponente, este blandió la espada y dio una cuchillada al aire mientras gritaba unas palabras.


-¡¡¿Quien fuma?!! ¡¡EL PUMA!! ¡Modo Fuego!











Y al acabar de pronuciar estas palabras su arma ardió en llamas inagotables por toda la hoja. Luego con un movimiento cortó el aire y un gigantesco chorro de fuego salió proyectado en una onda directo hacia Kertch, que lo esquivó usando su Tobidasu por cuestión de milímetros.



-¡¡¿¿Pero qué demonios??!!









Sin darle tiempo de reponerse, Nathaniel lanzó una ráfaga ígnea tras otra directas contra el peliverde, que cada vez se veía con mayor problemas para esquivar los fogonazos. Finalmente una de las ondas le alcanzó de lleno en pleno pecho mientras se encontraba volando y lo derribó inmediatamente.



-¡¡¿Quien lo tala?!! ¡¡EL KOALA!! ¡Modo Rayo!











Y sin que Kertch pudiera levantarse siquiera o evaluar la gravedad de las quemaduras, la espada volvió a transformarse, esta vez electrificada desde la punta de la hoja hasta su empuñadura, y de una cuchillada vertical lanzó una verdadera metralla de rayos contra el cuerpo derribado de Kertch.

Sin embargo, no se oyó ningún grito desde el agujero carbonizado donde debía encontrarse el Nara, sino que al cabo de un par de segundos el alarido de dolor se oyó a unos pocos metros de distancia, cerca de la puerta lateral a la fortaleza.


-¡¡AAAHHHH!! Serás... ahh... desgraciado...


















Nathaniel se fue acercando con pasos relajados y solemnes hacia el magullado cuerpo de Kertch, y no pudo reprimir una carcajada.




-Mírate... eres patético. ¿De verdad creías que esa estúpida maniobra Suu de escuela primaria te salvaría? Colocar una porro-copia y tratar de huir... ¡¡Por favor!! Jajajajaja. Sabía que harías alguna estupidez así, y que huirías en un penoso intento por recuperarte de las heridas por el ataque anterior... Por eso he cambiado mi arma a modo rayo, para conducir la electricidad a través del reguero de sangre que has dejado y que te alcanzase por mucho que corrieras, jajajajaja.






-Esa arma... ¿Cómo puede tener un poder tan terrible? ¿Y por qué sabes tanto sobre las tácticas Suu e incluso eres capaz de usar nuestras técnicas como la generación de porro-espada? ¿A cuántos de los nuestros has matado para conseguir esa información... basura humana?















-Tus palabras me conmueven, jajaja. La verdad es que he matado a muchos Suus directa e indirectamente desde que fundé la liga antidrogas. Pero no es esa la razón de que pueda usar vuestras técnicas. Incluso te diré más. Esta espada, "El Buco legendario" ... es una de las llamadas "Glorias de Jamila", las verdaderas reliquias ancestrales Suu, anteriores incluso a los tres Pilares del Vicio... Con este objeto soy virtualmente invencible.
Si tengo en mi poder un arma de factoría Suu, y si conozco tan bien vuestra forma de combatir es porque...


De un rápido movimiento clavó la espada en el cuerpo de Kertch, provocándole una descarga eléctrica de muchísimos voltios, y la sacó lentamente entre las sacudidas y los alardidos del joven.


-Si puedo hacer todo esto es porque desgraciadamente yo también soy... un Suu.

martes, 9 de febrero de 2010









Nara
Pyros






-Muy bien, ¡seguidme!, no puedo permitir que nada malo le pase a uno de nuestros compañeros, da igual que aún no le conozca, es uno de los nuestros y no pienso abandonarle, aunque me vaya la vida en ello y aunque aún no haya tenido el placer de conocerte, te salvaré de ser fumado por ese asqueroso de Uranior.




Y Pyros se pusó a caminar, adentrándose en el bosque, seguido por su hermano (para que no se perdiera) y por Hino (buscando seguramente venganza).

-Deja de hacer el cafre, nos vamos a perder, mejor ir por el camino y no atravesando el bosque...







-¡No!, este camino es más corto, cada segundo cuenta, ¡y si nos perdemos ya preguntaremos!.





-¿Y a quién vas a preguntar en un bosque desierto?... bahh... olvídalo...








Y así prosiguieron la marcha, fue un viaje bastante tranquilo e inusual, ya que esta vez era Hino el que molestaba a Pyros, que se encontraba demasiado preocupado en guiar al grupo como para maquinar diabólicos planes en su contra, apenas tenía tiempo para lanzar alguna que otra llamarada a Hino en respuesta a sus bromas.

Y tras un largo recorrido, y dar cientos de vueltas, Pyros reconoció que se habían perdido totalmente.

-Que no cunda el pánico, ahora mismo pregunto por dónde se va.






Kertch ya estaba a punto de sacar sus espadas y degollar a Pyros cuando, de la nada apareció un misterioso viajero.


(Nota del autor: No proseguir si no se ha visto Art Attax (art attack doblado), esto es un homenaje a ese gran hombre. ¡¡QUEREMOS MÁS VIDEOS HIJO DE PUTA!!)




-¡Uehoeh wueoooopale! artemaniacos ¡hijos dd puta!, huy perdón, estoy algo desorientado con la farlopa caducada que me pasa el Manitas ultimamente. ¡Aghh! ¡¡Carolain!! ¡ve hacia la luz! ¡plurflblf!, ¡qué cuelgue más chungo piratas!. ¿Sabéis qué?, para la resaca nada mejor que una buena guallola, ohohooh toma toma...




El grupo entero se quedó flipando, no habían entendido ni una sóla palabra, bueno, no todo el grupo, Pyros miraba con total normalidad a aquel ser y asentía, como si fuera capaz de entenderlo. Al ver la cara de sus compañeros dijo:


-Hola artemaniacos, me molo a mi mismo.-Dijo en respuesta al animal que tenían delante, y continuó diciendo a sus colegas: -Dice que se alegra de vernos. Que esta mañana se despertó aquí sin recordar cómo, parece ser que iba muy drogado, y le alegra saber que no está solo. Le he saludado cortésmente.





-Me estás tomando el pelo, ¿quieres decir que has entendido a eso?-Dijo señalando a la cosa que se acababan de encontrar y que ahora estaba dándo volteretas por todos lados.







-Claro, mientras tú estabas por ahí vagueando alguien fue a la escuela, a aprender el lenguaje yonki, que estás hecho un analfabeto.




-¡¡¿Querrás decir las clases que te daba Jack Sporrow mientras el resto de los niños normales íbamos a clase a aprender a sumar, restar y fumar?!!, ¡¡Te dije mil veces y te sigo diciendo que ESO no era la escuela!! ¿¡Desde cuándo en una escuela el exámen es fumarte a una viejecita que te pida fuego y comentar un capítulo de Barney el porrosaurio!?.




-Se muy bien a lo que me refiero... Pero dejémonos de charlas, hay un porro que rescatar. Ueoeeopalepa fortaleza explanada país del rio, ¿dónde vas colgado?.






-¡Ooh! ¿Te gustan los encajes?, no dejas de sorprenderme, al manitas se le ha puesto chunga la farlopa... -Dijo señalando hacia una dirección.







-Se extraña de que queramos ir allí, dice que es peligroso. Vale, vale, corta, corta... estooo... artemaniacos, que me voy a ver al manitas que con la tocha que tiene seguro que para cuando llegue no queda nada para pillar (Nos vamos que tenemos prisa).





-¡Maldito psicópata!, la has cagado tio, porque en el remite viene tu direccion y pienso ir y pegarte una paliza por listo (a ver si nos vemos otro día, que me has caído muy bien, eres el puto amo).







Y tras este incidente, el grupo prosiguió la marcha, esta vez con Kertch como encargado de mantener el rumbo, que aunque no estaba del todo seguro de que su hermano hubiera entendido a aquella extraña criatura y temía que todo esto no fuera más que producto de sus desvariaciones, era consciente de que no contabancon otra cosa para salir de allí.
Tras bastante más andar y andar, el grupo alcanzó al fin su objetivo. Una enorme explanada se extendía justo enfrente de ellos, y en el centro estaba emplazada la fortaleza, de inmensos y sólidos muros, de la que antes habían oído hablar. Kertch era consciente de que aquello sería seguramente una trampa, pero no dijo nada al respecto, total, Pyros haría lo de siempre, correr, gritar y fumar. Debía de poner todo su ingenio en que la misión no fuera todo un fracaso, todo un reto, teniendo en cuenta de que entraban en el territorio del enemigo, dándole así la ventaja del campo.

Tardaron relativamente poco en cruzar la explanada, Pyros no podía aguantar más y había empezado a empujar a sus compañeros hasta arrastrarlos a la fortaleza. Cuando estaban a punto de llegar las enormes puertas que comunicaban el interior y el exterior de aquella inexpugnable fortaleza, estas se abrieron para dar salida a 3 misteriosas figuras, cerrándose tras de si.

Poco a poco se fueron acercando hacia esas tres figuras, hasta quedar a pocos metros de ellas. Por consejo de Kertch, cada uno de ellos eligió un objetivo que, en caso de pelea, se encargarían de eliminar. Pyros eligió rápidamente a uno con un peinado bastante extraño, argumentando algo de disposición de pelos y facilidad para encender. Una vez con sus adversarios fijados, cada uno se situó enfrente del suyo, manteniendo una distancia prudencial.


-Pelopincho, ¿dónde tenéis a mi porro?








-¡Me llamo Argus y no consiento que nadie me hable así!, además, no sé de qué porro hablas. -Dijo desenfundando su espada y corriendo a la carga contra Pyros.








-Buen intento, pero ese truco ya me lo conozco... ya lo he usado cientos de veces con mi hermano, cuando me prohibía fumar algo pero lo hacía. Así que... ¡¡PAGARÁS POR HABERTE FUMADO MI PETAAA!!.





Pyros realizó unos rápidos sellos y lanzó una gran bola de fuego que tiró de espaldas a su adversario, pero que misteriosamente no le causó ninguna quemadura.


-Maldición... ¿cómo es posible que no tenga ni el más mínimo rasguño?, esa bola de fuego le ha dado de lleno.






-Jajajaaa... ¿Te gusta nuestros trajes ignífugos?. Son de la mejor calidad, lo mejor para los mejores. ¿Qué?, ¿que por qué soy de los mejores matando yonkis?, muy sencillo, soy capaz de controlar su mono. Puedo potenciarlo hasta límities tales que ninguno puede soportar, e inmovilizados por el dolor, sólo pueden esperar a que les llegue su hora. Pero mejor te doy una clase práctica, a ver si eres capaz de lanzar más bolitas de esas cuando te posea el mono.





Kertch no podía dar crédito de lo que estaba oyendo telepaticamente, aquél desgraciado iba a desatar a "La Bestia. Recordaba bastante bien el combate que hace tiempo tuvo Pyros contra otro también de la liga, combate que al final ganó autoprovocándose el mono y transformándose por completo en otro ser, mucho más poderoso y alocado.


-No serás capaz de algo tan rastre...






La frase de Pyros quedó interrumpida por un súbito y penetrante dolor, era el mono, había vuelto y esta vez con más fuerza que en su anterior batalla. El joven nara comenzó a retorcerse en el suelo, invadído por el dolor. A pesar de los cientos y cientos de petas que se fumaba no podía quitarse el mono de encima, tenía que probar con algo más gordo. Poco a poco el cuerpo del suu fue, bajo la atónita mirada de su adversario, ganando en volumen y cambiando de color, poniéndose más y más verde. Necesitaba fumar, y sus porros no le aliviaban. Más bestia que humano, Pyros se acercó corriendo hacia unos árboles cercanos y comenzó a arrancarlos para luego fumárselos, eran de mayor tamaño que sus petas, pero su efecto seguía siendo nulo. La transformación era ya completa, el mono le había poseído por completo, ante semejante visión su adversario solo pudo decir:

-¡Mierda!, ¡la cagué!


























(Hacer click en la imagen para agrandar)

lunes, 8 de febrero de 2010






Nara Kertch












-------------------------- ----------------------------- ----------------


Los dos hermanos pisotearon las rocas carbonizadas dando vueltas en círculo mientras buscaban una salida de aquella habitación. También Hino se levantó para buscar algún resquicio por el que salir.

Kertch se acercó a lo que parecía una gigantesca puerta acorazada y dedicó unos segundos a observarla con detenimiento. Estaba hecha con un extraño metal de color verde esmeralda, su centro era un círculo del que salían cuatro líneas convergentes y que terminaban en otros cuatro círculos de menor tamaño, externos al marco de la enorme puerta. Cada uno de estos círculos parecía tener una perfecta hendidura de forma esférica en la que posiblemente sería preciso introducir cuatro llaves (de la misma forma).

Pyros también se acercó a la majestuosa puerta, que despedía un extraño halo de poder, como si conectase con otro mundo.




-Hmm... ¿Podríamos salir por aquí? En cualquier caso... no tenemos las llaves necesarias para abrirla...





Hino también se unió a ellos para estudiar la gigantesca estructura. Activó su chinakugan y abrió mucho los ojos.


-¿Eh? Tíos, ¡no puedo ver a través de esta puerta! Qué extraño... nunca me había pasado...






-Eso dicen todos los maricas. "Oh, de verdad... es la primera vez" "nunca me había pasado... no entiendo cómo ha podido ocurrir, si yo estoy hecho un toro" "es que estoy nervioso..." En fin...
Si esta puerta está en nuestro camino, me la fumo y listo, ¡no veo dónde está el problema!


Kertch iba a replicar, pero Pyros esquivó las manos estranguladoras de Hino con un movimiento de cabeza y empapeló la puerta entera utilizando un rollo de papel tamaño maxi. Prendió un extremo y aspiró con todas sus fuerzas por el otro, pero la puerta, lejos de consumirse en las llamas, no sufrió rasguño alguno.


-¿Pero qué demonios...?






El rubio probó de todas las formas posibles, pero aquella puerta parecía completamente infumable y seguramente indestructible. Aunque esto Kertch no lo comprobó porque acababa de recordar lo que aquél portal podía ser.


-Este debe ser el portal dimensional del que hablaba nuestro padre en el mensaje... Será mejor no seguir trasteando mucho con esto. Vamos, tiene que haber otra salida...







Pyros se giró hacia él con cara de malas pulgas y le preguntó por su comentario sobre el mensaje de su padre, pero Kertch no tuvo que inventar una excusa para eludir la explicación puesto que en ese preciso instante una gigantesca explosión sacudió la sala, y la puerta que se había sellado antes cayó al suelo hecha trizas. Detrás de ella sonaba con mucha más potencia la sirena de la alarma activada en todos los túneles subterráneos, pero además de esta se escuchaban chasquidos y golpes metálicos bastante terroríficos.



-Esto ya es el colmo. Si hay una fiesta ahí fuera, ¿por qué diablos no estoy invitado yo? Voy a tener que tomar medidas drásticas. Y cuando yo tomo medidas drásticas alguien sale fumado.





Ignorando los comentarios de su hermano, Kertch se dio cuenta de que sólo tenía unos segundos para reaccionar. Tras la puerta despedazada y su consecuente humareda se distinguía en la lejanía una verdadera estampida de porrobots corriendo hacia ellos con toda clase de armas, y por si esto fuera poco, la puerta que habían destrozado con tanta facilidad parecía ser un pilar clave para la estructura de los túneles (o al menos los de aquella área), por lo que el techo y las paredes cada vez temblaban con más fuerza, cayéndose a cachos.

El peliverde se giró hacia Hino, le gritó que activase otra vez el chinakugan y buscase el camino más rápido hacia la salida dentro del laberinto de túneles que tenían delante.


-Oye, oye, no hace falta que me hables así... Si está tirao. Hay que ir por ahí...





Y antes de que Hino acabase de articular la frase, Kertch activó su Tobidasu, agarró a Hino y se lo cargó en el hombro, saliendo disparado en vuelo hacia la masa de porrobots.


-¡Pyros, sigueme o moriremos aplastados! -Y al ver que esto no le hacía reaccionar, y que el rubio estaba echando a caminar hacia los porrobots con los brazos extendidos hacia adelante como un zombie añadió- ¡¡A la salida te espera Uranior con un porro delicioso!! ¡Me lo dijo antes!



No fue preciso decir nada más. Pyros utilizó también su técnica de propulsión expulsando fuego por los pies y siguió a su hermano en una desenfrenada carrera por túneles que se despedazaban por segundos, esquivando los variados ataques de los porrobots en pleno vuelo y siguiendo las instrucciones del genin, que al final de cada pasillo señalaba con la mano la dirección que debían seguir.

Al cabo de unos minutos los tres salieron propulsados en vuelo ascendente por una trampilla segundos antes de que el túnel que recorrían se viniera abajo definitivamente.


-Uuuufff... Eso ha estado realmente cerca. Y media ciudad se ha hundido bajo tierra... Esperemos que la casa del viejo no estuviera en esta mitad... Por el bien de Uranior...






-Y de mi peta.





Los tres echaron a caminar cuando de pronto en el camino se toparon con una escena completamente absurda y que duró apenas unos segundos.

Delante de ellos, una paloma cruzó el aire a toda velocidad, arrastrando del brazo con sus patitas a un hombre sobrecogido del terror.

-¡¡¡AAAAAHHH SOCOOORROOOOO!!! ¡¡CHICOS, OIDME!! ¡¡NO LES NEGUEIS VUESTRAS PATATAS!! ¡¡DADLES VUESTRAS PATATAS O... O VOSOTROS SERÉIS SUS PATATAAAS!! ¡¡AAAAAHHHHHHHHH!!


Segundos después la paloma se había llevado al hombre muy lejos entre alaridos de dolor y espanto, mientras que nuestros tres protagonistas miraban la escena con los ojos desorbitados. Después de esto todos llegaron a la conclusión de que habían tenido una alucinación colectiva y volvieron a emprender la marcha.

Poco después llegaban a la casa del viejo, aunque el dueño no estaba por ninguna parte... había dejado una carta de agradecimiento por liberarle de Folgore, y luego anunciaba que se volvía con su familia, ahora que todo estaba otra vez en orden.

El problema es que Uranior tampoco aparecía por ninguna parte. Estaban ya cansados de buscarle por toda la casa cuando de pronto el teléfono sonó. Kertch dudó un segundo, pero finalmente lo cogió.


-Hola, chicos... Me parece que a estas alturas ya os estaréis preguntando dónde está vuestro hermanito... Bien, pues podéis dejar de buscar. Uranior ha sido secuestrado por el Rey de los porretas, al que por cierto le habéis estado ocasionando muchos problemas últimamente. Por ello, si queréis recuperarlo, tendréis que venir a su fortaleza ubicada justo en la explanada que separa la región este de la región oeste, en el País del río.
Allí os estaremos esperando para discutir el rescate de vuestro hermanito... Puede que por el camino os dé nuevas instrucciones. Para que sepáis a quien dirigiros, podéis llamarme Jerjes.




El teléfono se colgó en ese momento, y Kertch quedó paralizado unos instantes ante el comunicado. Una vez repuesto, les explicó la situación a Pyros e Hino.


-Bueno, a mi realmente no me importa lo que le ocurra a ese maldito degenera...





Pero sorprendentemente Pyros le cortó de un bofetón. Luego le miró con una expresión de seriedad nunca antes vista y lo agarró del pelo mientras lo arrastraba hacia la puerta, seguido por su hermano, que no daba crédito ante el ataque de responsabilidad del que estaba haciendo gala el rubio.



-Maldito crío irresponsable... Estamos hablando de un secuestro. Esto es algo serio, ¿sabes? Vas a acompañarnos a patearle el trasero a ese Jerjes y rescatar a nuestro hermanito quieras o no y...



Kertch estaba a punto de llorar de la emoción. De hecho ya estaba predispuesto a aplaudir a su hermano cuando este acabó su frase.




-y a conseguir que ese pequeño hijo de puta me de el peta que ha prometido. Agashagahsagasha... qué rico, ricoooooo.






-¡¡¡TUU!! ¡SERÁS DESGRACIADO! ¡VEN AQUI!






El extraño trío salió corriendo, rumbo a su siguiente destino. El combate que habían estado eludiendo durante los últimos meses. La resolución de la aventura que empezaron al salir de Konoha estaba a tan solo unos pasos... cada vez más cerca.