domingo, 19 de julio de 2009

Capítulo 12 Fantasmas









Nara
Pyros






Los días siguientes de viaje fueron un infierno para Kertch, Uranior no hacía más que cambiarles el rumbo en cuanto se despistaba, mientras que Hino y Pyros habían vuelto a las andadas. El combate con las mercenarias y su desenlace había dado motivos a Hino para odiar aún más a Pyros, y a este último una inagotable fuente de bromas y cachondeo.


-Guaaapooooooo, yuuujuuuu, dame un bessssitooo, tioo buenoooo. -Dijo "Uranior" mientras corría de un lado para otro buscando a Hino, intentando contener la risa. Kercth contemplaba la escenita de lejos, con las manos en la cabeza, aburrido de tantas tonterías.



-
"¿De verdad Pyros cree que engaña a alguien con ese truco?... en fin... al menos esta vez ha sido original y ha pasado de la ardilla."





Al fin la busqueda dio sus frutos, agazapado detrás de unos matorrales estaba Hino, aguantando la repiración para que no se le oyera.


-¡¡¡AAARRGG!!! ¡¡Aléjate de mi!!, ¡¡ya te lo avisé ayer!!, ¡¡¡Kertch KERTCH SOCORRO, dile algo a Uranior, a ti te hará caso que eres de la familia!!.




Hino comenzó a correr hacia Kertch, mientras tiraba piedras a su perseguidor. Se escondió detrás del nara mientras señalaba la supuesta posición de "Uranior", ya no había nadie. El pánico se apodero de Hino, "-Puede estar por todas partes." y empezó a mirar de un lado para otro sin soltar nunca a Kertch.

Pyros se unió a la escena, apareciendo en una nube de humo (cosa que apenas llamó la atención, debido al gran porro que llevaba), al lado de Kertch y Hino.

-Hino tu novio te llama, dice no sé qué de repetir lo de anoche. Me huele a mi que aquí hay tema, ¿cuándo será la boda?, ¿puedo ser el padrino?, por faaaa...



Kertch agarró a Hino, que estaba a punto de saltar al cuello de Pyros y le mandó callar.


-¡¡Déjate de tontería Pyros!!, no tiene gracia, y tú, Hino ¡¿No te habías dado cuenta de que no era Uranior?!, por cierto, ¿dónde esta Uranior?.





-No sé, ¿por qué me preguntas a mi?, yo no sé nada, soy inocente, lo juro, jamás le haría nada a Uranior, si es mi mejor amigo.






Dijo mientras daba una calada a su descomunal porro.


-¿Dónde lo has metido Pyros?.






-Insisto en que no sé de qué Uranior me hablas, ¿Hino tu conoces a un tal Uranior?




Dijo mientras escondía el descomunal porro a su espalda, bueno, mejor dicho, lo intentaba, ya que sobresalía por casi todos los lados. A Hino se le iluminó la cara, a pesar de que no le hacía mucha gracia colaborar con Pyros en estos momentos, vió la oportunidad de librarse por fin de Uranior, y eso para él significaba bastante.

-No, yo no conozco a ningún Uranior, Kertch, ¿te encuentras bien?.





-¡¡Dejarse de tonterías!! ¡¡A mi no me la pegáis, soy el único que no va fumado aquí!!, ¡¡Pyros suelta el porro que tienes ahora mismo y no se te ocurra decir que no sabes de que porro te estoy hablando!!.



-No sé de que... -Tras un par de tortas e insultos, Pyros al fin soltó, junto con algunas lágrimas, el "porruranior", nombre que había escrito en uno de los laterales del porro.




Tras algunas quejas lastimeras por parte de Hino y Pyros y algunos gritos e insultos de Kertch y Uranior, el singular cuarteto continuo su viaje.

El viaje continuó siendo una pesadilla para Kertch, cada vez que se despistaba Uranior desaparecía. Lo único positivo de aquello era que ya no se desviarían más del rumbo si se despistaba.

Tras varios días de viaje a trevés de bosques cada vez menos frondosos, llegaron a un campo, prácticamente despejado de árboles, con una aldea grisácea al fondo, en lo alto de una suave colina. Habrían dado por abandonada la aldea, de no ser porque Hino consiguió ver y Pyros oler, que de una de ella salía humo de chimenea.


-"Justo a tiempo, ya empezaba a escasearnos el agua. Nos habría durado más si no hubera tenido que apagar a Uranior cada vez que perdía de vista a Pyros, pero no sirve de nada lamentarse, habrá que acercarse y pagar el precio que nos pidan por ella, en fin..."






-"Un buen lugar para que alguno de nosotros se pierda misteriosamente y no regrese, muajajajaajaaa..."





-"Si hay humo hay alguien fumando, si hay alguien fumando hay algo fumable... de todas formas el porruranior-18 queda pendiente, tengo la impresión de que ese será el definitivo..."




-"Campesinos... grrrr..."






No perdieron el tiempo en comprobar si las demás casas se encontraban ocupadas, marcharon directamente a la que tenía la chimenea encendida, que además era una de las casas más cercanas a ellos. Una vez dentro ya preguntarían al dueño por las demás casas y por el lamentable estado de abandono del pueblo.

Apenas se encontraron delante de la casa
Kertch llamó a la puerta, en contra de la voluntad de Pyros, que seguía insistiendo convencidamente de que: "así se perdía el factor sorpresa". No tuvieron que esperar mucho tiempo a que la puerta se abriera, a los pocos segundo de llamar se asomó un señor con cara de curiosidad, no debía de llamar mucha gente a su puerta.


-¿Quiénes sois y qué os trae a esta aldea tan alejada de la mano de Dios?





Kertch tapó rápidamente la boca de Pyros, que estaba a punto de responder a la pregunta, para prevenir posibles desgracias.

-La verdad es que estamos solo de paso, este es mi hermano Pyros, y él mi hermanastro Uranior, y aquél que se esconde es Hino, nuestro compañero de viaje. Veníamos a pedir alojamiento esta noche y un poco de agua potable, la nuestra se nos ha acabado.







-¿No seréis policías?.






Kertch volvió a tapar la boca a su hermano.


-En absoluto, solo somos viajeros un tanto perdidos.-Dijo mirando severamente a Uranior.









El señor de la casa examinó a los cuatro, buscando algo sospechoso en ellos, al final, tras considerarlos demasiado peculiares y llamativos como para ser de la secreta, les dejó pasar a su casa. El hombre les indicó el sitio donde podían dejar sus cosas y luego empezó a enseñarles la casa empezando por el sitio donde podrían pasar la noche.

-Y aquí es donde podéis pasar la noche, si os hace falta algo sólo tenéis que pedírmelo, ya sabéis mi nombre, Geiler. Y no os preocupeis por el dinero, no hace falta que me paguéis, ¿de que me sirve unas monedas si no hay nadie a quién comprar algo en esta aldea?.



-Muchas gracias por todo, si hay algo que podamos hacer para recompensarle digánoslo... por cierto, ¿a dónde había dicho que conducía esa puerta de ahí?, si no me equivoco debe tratárse de un sótano.






Aquella pregunta sorprendió a Geiler, quién tras pensárselo un tiempo, respondió nervioso, a la vez que se cercioraba que la puerta estuviese correctamente cerrada con llave.


-Ohh... a ningún sitio jeje... era una especie de armario... no tiene importancia...






A Kertch esta respuesta no le contentó mucho, pero no estaba en posición de exigir una mejor. A Pyros en cambio pareció alegrarle bastante aquella respuesta (tanto que empezó a babear), ya que según él, confirmaba sus deducciones. Pyros lanzó una mirada de complicidad a Hino para que usara su chinakugan, habría preguntado al dueño directamente por lo que había dentro pero su hermano no le dejaba abrir la boca.


El hombre continuó enseñándole la casa, la cocina, los baños... y por último el salón, lugar donde por fin se sentaron y comenzaron una charla acerca de la historia de la aldea.

-... y las mujeres comenzarón a desaparecer sin que nadie supiera el motivo, la gente alarmada por este hecho comenzó a abandonar el lugar poco a poco, hasta que sólo quedé yo. Reconozco que al principio pensé en abandonar mi casa, pero al final me decidí a quedarme ya que parecía que solo afectaba a las mujeres. -"El problema ya no existiría de no ser por vuestra inoportuna llamada" -pero no hablemos más de esta desgracia, ¿de dónde sois?.



-
Tengo que irme un momento... al baño.






-Tengo que ir a... ayudarle a ver qué hay en ese armario...






Kertch estaba tan absorto con la conversación intentando sacar más información acerca del pasado de la aldea, y Geiler tan concentrado para no revelar más información de la cuenta, que ninguno notó la ausencia de Hino y Pyros. La conversación se prolongó largos minutos, mientras, un poco más alejado del salón:


-¡¿Qué viste, qué viste?!, ¡¿hay algo fumable?!.-Dijo dándo ansiosas palamdas.







-No sé, las paredes son muy anchas, el chinakugan no alcanza a ver bien el interior.-Dijo inútilmente Hino, ya que Pyros no se encontraba escuchándole, estaba demasiado ocupado haciéndo un boquete en la puerta.




Detrás de la puerta había unas escaleras, que conducían, como sospechaba Kertch a una especie de sótano. Los dos, porro en mano a modo de linterna, descendieron con cuidado por las escaleras, pues, si el porro iluminaba un poco el camino, el humo que despedía contrarestaba el efecto.


-Hay algo moviéndose allá al fondo.







-Serán ratas...






-No, está demasiado rico para ser una rata...






Pyros no necesitó más, lanzó un grito y corrió escalera abajo con las manos adelantadas y un papel gigante entre ellas. Tras varios porrazos e intentos de fumarse la pared, se tranquilizó un poco y volvió hacia donde estaba Hino, que era el único que parecía orientarse más o menos en aquél gigantesco sótano.

-¡¿Dónde, dónde?!, ¡Wraaaarg!






-¡Hey hey!...


-Shhh... ¿has oído eso?, hay alguién aquí...






Los dos se quedaron en silencio y a oscuras, afinando su oído. Al fin se volvió a escuchar aquella voz.


-¡Ven a bailaAaAaar!...



-¡¡NOOOOO!!, ¡¡otra vez él, todas las noches la misma pesadilla!!, ¡¡¿por qué?!!, ¡¡estuvo tan cerca, sabía tan bien y se me escapó!!, ¡¡se suicidó, jamás podré fumármelo!!, ¡¡¡SAL DE MI CABEZA FOLGORE!!!.



Aquellas palabras volvieron a abrir aquella profunda herida en Pyros, aún recordaba aquel día con exactitud, lo tenía liado y luego... ¡Nada!... siempre recordará sus últimas palabras.

-----------------------
-¡¡Ahhhh!! ¡¡No!!, ¡jamás os diré donde esta la nueva aldea del peta!, ¡antes muerto!. Dale al play viejo amigo, bailaré mi última canción ¡¡¡TETAS EXPLOSIVAS!!!.






-Moge, moge...




-----------------------

lunes, 13 de julio de 2009






Nara Kertch












-------------------------- ----------------------------- ----------------

Kertch despertó a la mañana siguiente desnudo y tumbado en la hierba. A su lado tenía a Selene, también sin ropa y profundamente dormida. Los dos estaban tapados por una manta, y el chico sonrió pensando en la maravillosa noche que habían pasado.


-Esto tenemos que repetirlo jaja. Anda, qué guapa está así dormida... jeje.








El Nara se levantó con muchísimo cuidado y se incorporó sin despertarla. Se vistió y vio que cerca de allí había un naranjo.

Cortó varios frutos con su porro-espada y luego los exprimió sobre un par de cuencos que llevaba en su mochila para hacer zumo.

Cuando un poco después se despertó Selene, Kertch le había preparado un desayuno increiblemente consistente para los recursos que había en aquél bosque.


-Buenos días, genio. Alaaa, ¿cómo has conseguido todas esas cosas? ¡¡Muchas gracias por el desayuno!!













El peliverde le guiñó un ojo mientras la invitaba a comer y beber. Cuando terminaron, recogieron las cosas y empezaron a pasear por el bosque.

Estaba siendo un paseo encantador cuando derrepente escucharon unos gritos y llantos desconsolados que provenían de otra parte del bosque muy próxima.

Al dirgirse al origen del ruido, descubrieron a Rythia, que estaba llorando con una mueca amarga y el ceño fruncido.



-Se... ¡¡Se ha ido!! ¡Ese maldito Pyros me ha dejado tirada! ¡¡Lo voy a matarrrr!!









Kertch le hizo un gesto de asentimiento a Selene, y le dio un empujoncito para que hablase con ella.


-Trata de reconfortarla. Yo voy a buscar a ese idiota.









-¡Lo que necesito no es consuelo, sino vengannnza! ¡Selene, no te interpongas, voy a matarlo!







Rythia salió corriendo furiosa con la espada en alto, y Selene iba a salir detrás, pero Kertch la sujetó con delicadeza por el brazo.
La peliazul se encogió de hombros y suspiró. Kertch la abrazó y le dio un beso de despedida.


-Anda. Ve y asegurate de que se tranquiliza. Nosotros tenemos que continuar nuestro viaje, pero esto es solo un "hasta pronto".
Espero que podamos repetir lo de anoche cuanto antes, Selene.




-Claro que sí, cielo. Esperame, ¿vale? ¡¡Hasta la próxima cerebrito!!











La chica salió a toda velocidad detrás de su amiga y Kertch la despidió con la mano. Después de todo había sacado alguno bueno de aquella aventura.
Una sonrisa se dibujó en su rostro, pero duró tan solo unos segundos.
Se giró y comenzó a caminar deprisa, buscando a su hermano.


-Ayyy... Hermanito. No sé qué voy a hacer contigo, de verdad...
Tengo que enseñarte a tratar mejor a las señoritas.








A la salida del bosque encontró a Pyros, que estaba riéndose de Hino por alguna razón. Le dio un par de buenas collejas por su comportamiento con Rythia y echaron a andar.
Pocos pasos después encontraron a Uranior y a Hino.

El viaje continuaba, y cada vez estaban más cerca de su destino...


--------------------------------- -----------------------------------------------------

------------------------------------ ------------------------------------------------------


Culo del mundo... Laboratorio a oscuras.


---------------------------------------- --------------------------------------



-Vaya, vaya... Menuda decepción. Lady Kairos no era tan dura después de todo...
Suerte que decidí pagarla una vez concluyese el trabajo.
Está bien, muchachos... Parece que no me dejáis opción...



(Marca una frecuencia en el walkie talkie.)

-------------------------------------- -------------------------------

Capítulo 11 El ataque de las mercenarias. ¡¡Aaaaay pajarraaca!!









Nara
Pyros






Hino se levantó bastante tiempo después de que acabara la pelea. Tenía sangre reseca por todo el cuerpo, la tierra se acumulaba por todo su cuerpo. Se sentía sucio por fuera y por dentro, entonces fue cuando se percató, Uranior, que antes estaba tumbado inconsciente a varios metros de él, se encontraba ahora durmiendo encima suya. Hino hizo un esfuerzo por recordar como había acabado así, pero fue inutil, no conseguía recordar nada, y una algo le decía en su interior que era mejor así.

Intentó zafarse de Uranior, pero este se agarraba con una fuerza increíble a su espalda. Cansado por el combate, Hino dejó de forcejear y se preocupó por algo más importante, encontrar a sus compañeros, que de nuevo, le había dejado solo.

Cargando a cuestas con Uranior y deseando que la rigidez de sus brazos se debiera al rigor mortis, Hino se alejó del llano siguiendo el rastro de un par de huellas que había encontrado más adelante, sin duda de Kertch y Pyros
-"Los muy cabrones"-Pensó mientras seguía caminando.

El rastro no tardó en convertirse en dos personas, aunque no las esperadas por Hino, delante de sus narices estaban Rythia y Pyros, tapados con una manta, mirándolos fijamente, alertado por el ruido de sus pisadas.

Al reconocer la cara de Pyros, Hino salió corriendo en su dirección.

-¡¡¡¡AAAHH!!!! ¡¡CABRÓN AYÚDAME RÁPIDO, QUÍTAMELO DE ENCIMA, QUE SE ESTA PONIENDO CARIÑOSO!!.-Dijo señalando a la mano derecha de Uranior, que empezaba a moverse.




-¿Es que no ves que estoy ocupado?.-Dijo señalando a Rythia, que estaba tumbada a su lado.-Anda vete, que molestas. Date una vuelta con tu nuevo ligue.-Dijo señalando a Uranior.-Pero no hagáis muchas locuras pillines, que mañana hay que partir.-Dijo guiñándoles un ojo.


-¡DEJA DE BROMEAR!, ¡¿no entiendes lo desesperado de la situación?!, ¡rápido!, no sé cuanto tiempo más podré aguantar!.




Pyros se levantó resignado mientras que Hino se daba la vuelta para enseñar la carga que llevaba a sus espaldas.
Delicadamente y con carrerilla, Pyros, propinó una tremenda patada a la espalda de Uranior, lanzando a Hino por los aires junto a él.


-Pues si que se quieren, no se han soltado ni con mi patada al estilo Kratos, bueno, al menos así nos dejarán un rato en paz.-Y volvió junto a Rythia.










Pyros abrió los ojos de repente, era de día, se había quedado dormido. Miró a su derecha, Rythia aún dormía, era el momento perfecto para desaparecer, nadie miraba. Silencioso, Pyros sustituyó su cuerpo en la improvisada cama por un porro de dimensiones similares. Tras dar un beso de despedida, al porro por supuesto, dejó una rápida e ilegible nota de despedida escrita en papel de fumar. "Fue un "placer" chati" era lo único que se podía entender, el resto parecían ser anotaciones sin sentido escritas por Pyros durante su viaje.

Pyros se marchó corriendo, deseando que algún día el final fuera distinto, y que fuera él quien se levantara y encontrase en lugar de su pareja un porro gigante.