sábado, 15 de noviembre de 2008

Folgore Capítulo 2.3









Nara
Pyros







Folgore se acercó corriendo a Pyros, que aún se encontraba persiguiendo a las bailarinas.

-¡Ohh! ¡Vamos!, baila conmigo. No puedes evitaaaarlo, sigue el ritmo. Si me ganas responderé a tus preguntas.



Para que no les molestaran las sillas ni las mesas, todos salieron a un descampado en las afueras de la villa, el duelo iba a comenzar.

Folgore empezó a bailar, unas cuantas vueltas y giros. Tras un rato bailando, se salió del escenario para dejar hueco a Pyros, que, motivado por Hino, que no paraba de gritarle, imitó bastante bien su baile. Viéndose igualado, Folgore fue subiendo poco a poco su nivel, pero Pyros, motivado por las bailarinas y sus petas conseguía siempre igualarle.

-¡Ohhh! ¡Maaaagniiiiificooo!, eso ha estado muy bien, pero nadie puede superar al gran Paaarco Folgooore, me has forzado a mostrar mi máximo podeeer.



Y Folgore sacó de uno de sus bolsillos un peta y se lo fumó de una sola calada, rapidamente, como poseído, empezó a bailar de una manera frenética, dando piruetas, giros, carreras, gritos. Pyros estaba cada vez más abrumado, miraba embobado aquello, sus ojos no paraban de girar de un lado a otro intentando segui el frenético ritmo del baile, sabiendo que no sería capaz de superarlo jamás. Folgore, decidido a machacarlo siguió bailando, dando más y mas vueltas.


-¿¿Te ves capaz de superar esto??, ¡claaaro que no, porque yo soy Parc...



Tanto la frase como el baile quedaron interrumpidas por la desaparición de Folgore trás de un papel.



-Fin del juego.



Pyros encendió el recién hecho peta, pero, este, no le supo tan bién como se esperaba, de hecho, no le supo a nada.


-No creerás que un truco tan viejo fuera a vencer al invencible Parco Folgoreeee.



Parco Folgore se encontraba ahora detrás de Pyros, fumándose un porro. Pyros cabreado, empezó a reunir su chakra para poder realizar su recién desarrollada técnica.


Técnica oculta de la aldea del peta: ¡Espejos no-jutsu!

En la habitación, Pyros creó un montón de espejos, rodeando a Folgore y encerrándolo dentro.

-Vas a tener que mejorar mucho si quieres vencerme, no creerás que unos simples espejos pueden retenerme aqui encerrado ¿verdad?




Y Folgore corrió hacia uno de los espejos, propinándole un puñetazo con la intención de romperlo, pero, al entrar su puño en contacto con el espejo, descubrió que no estaban hechos de cristal, sino de papel, papel que, tras una orden de Pyros se enrolló sobre su presa.

-¡¡Ahhhh!! ¡¡No!!, ¡jamás os diré donde esta la nueva aldea del peta!, ¡antes muerto!. Dale al play viejo amigo, bailaré mi última canción ¡¡¡TETAS EXPLOSIVAS!!!.



Su cómplice le dio rápidamente al play, y acercándose a Folgore. El radiocasset empezó a emitir sonidos agudos intermitentes cada vez con una menor separación.
Folgore empezó a bailar al ritmo que le marcaban los pitidos, pegando saltitos, pues el papel que le envolvía le impedía hacer otra cosa. Los pitidos ya eran casi seguidos cuando Folgore dijo su última frase, antes de desaparecer tras una gran explosión iniciada en aquel ruidoso aparato.


-Moge, moge...




Una fuerte llamarada recorrió el llano, todos, por acto reflejo, se tiraron al suelo, intentando protegerse de las llamas, bueno, todos no, Pyros no tuvo ese mismo acto reflejo, él, sin pensárselo, fue sacando petas y poniéndoselos en la boca fumándoselos a medida que las llamas los encendían mientras gritaba como un loco.

Cuando por fin el humo y las llamas de la explosión se despejaron, todos los presentes pudieron levantarse y mirar los efectos de la explosión. Donde antes estaban Folgore y su compañero ahora solo había un cráter, todos quedaron conmocionados por aquella terrorífica visión, aunque ninguno tanto como Pyros, el cuál se echó a correr rumbo al cráter gritando.


-¡¡¡¡NOOOOOOO!!!!.... ¡¡Ya lo tenía liadito y todo!!, ¡por qué! ¡¡¡POR QUÉ!!!... ¡no pasa nada!, deben quedar algunas cenizas ricas por aquí... ¡Si!, deben...




Pyros se puso buscó como si su vida dependiera de ello, pero por más que miró no encontró ni rastro ni de Folgore ni de su acompañante. Desolado, se dejó caer de rodillas, con la cabeza baja, apoyándose en el suelo con sus manos.
Estaba lamentando lamentando la pérdida de lo que él ya llamaba unos de los mejores petas que se había liado, cuando notó una mano en su espalda.


-Gracias, habéis librado a la aldea de un gran mal, estaremos eternamente agradecidos, si queréis algo solo tenéis que pedirlo y se os dará.




La cara de Pyros se iluminó al oír esas palabra, estaba ya apunto de pedir a Naruto cuando, Kertch, para evitar problemas le tapó la boca y pidió víveres y ropas para un largo viaje y, si no era mucho pedir, una cama para dormir aquella noche.




Al día siguiente, cansados y hechos polvo, pues, Pyros, no paró de quejarse en toda la noche por aquel peta y luego aquel deseo desperdiciados, cosa que, criticaría a Kertch durante mucho tiempo, partieron de la aldea.

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