martes, 30 de marzo de 2010









Nara
Pyros








-¿Has oído eso Jack?, ¡PYROS HA REGRESADO!








Aaron dió un paso atrás, impresionado por la inmediata recuperación de aquel nara que hasta hace unos momentos no hacía más que lamentarse.





-No me hagas reir, ya es demasiado tarde para tí. Controlo a tu hermano en nivel superyonki, y tú ya no puedes utilizar ese nivel por más tiempo hoy, tu cuerpo debe de estar destrozado después de tu anterior pelea con Argus.











Pyros apoyó sus dos manos en sus rodillas y se levantó poco a poco.




-Jajaa... veo que la duda en tus ojos... -El nara alzó la cabeza y miró a su oponente fijamente a los ojos. -Te fumé una vez... puedo volver a hacerlo...






-Eso habrá que verlo.













Con unos silenciosos gestos Aaron mandó a su nuevo títere a la carga, directo hacia su hermano. Pyros saltó esquivando el ataque de Kertch y luego se lanzó
a toda velocidad hacia Aaron, papel en mano, dispuesto a acabar el porro que empezó tantos años atrás. A juzgar por el rostro de Aaron, aquella carga debía de traerle recuerdos no muy agradables: esa cara demoníaca, aquellos ojos fuera de sus órbitas, la mandíbula desencajada, aquél tic...


Estaba a punto de darle alcance, cuando un imparable chorro de aire lo barrió como si de una mota de polvo se tratase, estrellándolo contra uno de los muros, que se desplomó encima del aturdido Pyros.


Al estruendo del derrumbe lo siguió unos segundos de calma y silencio, nada parecía moverse bajo los ladrillos del muro derruído. Todo permaneció inmóvil hasta que una mano que sujetaba un enorme papel, salió de golpe de entre los trozos de piedra que cubrían la superficie de suelo próxima al muro derribado.




-No sé tú pero... -Dijo interrumpiendo la risa de Aaron, mientras apartaba escombros para poder salir de nuevo a la superficie. -yo soy de los que creen que no se puede alterar el pasado... cof, cof... ¿no te parece demasiada casualidad que hayas reunido en esta sala a las dos personas que más ganas tienen de fumarte?.
-"Maldita sea, a este ritmo no podré aguantar mucho más tiempo en esta pelea, mi cuerpo está demasiado exahusto después de haber sido forzado a mantener el nivel de super yonki durante tanto tiempo, pronto despertará el Yonko. Es imposible que pueda vencerle en estas condiciones y tampoco podré acercarme a Aaron mientras se encuentre bajo su control... me pregunto cómo puede mantener completamente controlado a Kertch y a tantos soldados durante tanto tiempo sin mostrar signos de agotamiento... tiene que haber algún tipo de amplificador...".





Las divagaciones de Pyros quedaron interrumpidas por la brutal acometida de Kertch controlado por Aaron, que de nuevo lo lanzaron por los aires estampándolo esta vez contra un enorme monolito de un color verde fulgurante. Tan rápido como pudo el nara se reincorporó, cubríendose con las manos las zonas vitales, temiendo un segundo y final ataque.




-"... ¿no ataca?... ¿no quiere o no se atreve?..." -Dijo mirando de reojo al monolito que se encontraba a su espalda. -"...ese color me resulta familiar, es tecnología suu, de eso no hay duda... es una remota posiblidad pero ¿y si esto es el amplificador?... debe de haber alguna forma de comprobarlo sin que él sospeche nada, no conviene que sepa que conozco su punto débil y tome posiciones defensivas...".



Pyros dió un salto, alejándose de la piedra y de Aaron, para que su movimiento no fuera considerado amenazante.
-"si estoy en lo cierto, al alejarme de esta piedra debería de volver al ataque" -En cuanto el cuerpo del nara se separó unos cuantos metros de la inmensa piedra verde, la marioneta de Aaron recuperó la agresividad de antes, lanzándose de nuevo a la carga.



-"¡Bingo!, que comience el plan "porro fumado va a ser refumado"".






Con un ágil movimiento, Pyros dobló su espalda hacia atrás, esquivando la porroespada que venía a toda velocidad hacia su cuello. Aprovechándo la ventajosa posición que le daba el haber esquivado un ataque y encontrarse a la distancia perfecta para una contra, el nara agarró el enorme peta que tenía en su boca y sopló la ceniza apuntando a los ojos de su hermano.

Sin perder un segundo, Pyros se lanzó a la caza de Aaron, aprovechando la momentaria ceguera de Kertch. Todo su plan dependía de aquella carga, la dirección había sido ya planeada, el tamaño del papel, cuando debía de ser extendido... todo había sido pensado, no había margen para el error, debía de crear un punto ciego en la visión de su adversario lo suficientemente grande como para que sus maquinaciones pasasen despaercibida.

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