domingo, 21 de diciembre de 2008

Superación. Capítulo 6.









Yonko








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Kertch no llegó a oir las palabras de su hermano, pues, agotado, se habia retirado en el interior de su cuerpo, mientras el Yonko afloraba a la superficie con una sonrisa radiante. Aquél método que tan poderoso hacía a Kertch le producía al Yonko un dolor considerable, y una verguenza aun mayor, por no poder salir haciendo la exhibición de poder que tanto le divertía con su explosión gigantesca.
Pero todo eso tenía algo bueno, y es que cuando Kertch usase esta técnica, el resultado final sería seimpre la liberación del Yonko, y esto al Dios-porro le encantaba.

Así que salió más feliz que una perdiz y le gritó a Pyros:



-¡De eso nada, monada! Este flipi es mio, y solo mio. Me dio una paliza hace tiempo, y ahora ha llegado la hora de que pague por ello, muaaaahahahahahahaha.
Todos sabemos que Kertch es prácticamente una hermanita de la caridad, y puede que él te haya perdonado la vida, pero yo no pienso hacerlo, colega.






Y dicho esto agarró a Ghoss por la pierna con una fuerza brutal, sin que este pudiera resistirse.
Las heridas en su cuerpo no dejaban de sangrar, y no tenía ya fuerzas para desaparecerse, así que no pudo hacer nada mientras el Yonko lo enrrollaba fácilmente y se lo fumaba de una sola calada.

El combate había terminado, y Kertch, poseído por el loro, sonrió satisfecho.


-Seeehhh... Esto si que es un buen porranco... De lo mejorcito que he tomado ultimamente.
Y ahora, rubiales, nos largamos de aquí echando leches, que esto se está cayendo a cachos.






Y así, los dos salieron caminando juntos hacía la salida por la que había caído el peliverde, pero antes de poder llegar, "casualmente" una trampilla se accionó a sus pies, y se dejaron caer por un tobogán de piedra, seguros de que aquello sería obra del tercer miembro del escuadrón Beta (y el único que quedaba vivo ahora), y les llevaría hasta él y también hasta Hino...






Hino, que por cierto, habíamos dejado olvidado... Veamos ahora como fue el transcurso de su... Combate, por llamarlo de alguna forma.



Los dos habían echado más de 40 partidas a todos los juegos que conocían, y siempre había perdido Hino, probaran lo que probaran. Cuando perdió la partida número 41, el peliazul se desesperó, empujó la mesa y la silla y gritó:


-¡¡¡MIRA, YO ME CAGO YA EN LA MADRE QUE TE PARIÓ, MAMONAZO TRAMPOSO!! ¡¡¡TE VOY A PARTIR LA CARA DE UNA GALLETA!!!


Se lanzó contra Nick, que le miró con aburrimiento, y le lanzó una patada a la cara, con tan mala suerte de que falló, se desequilibró y cayó encima de la mesa, rompiendola y clavandose montones de astillas por el cuerpo.

Entonces se levantó otra vez, y trató de fumarselo. Sacó un rollo de papel, lo desenvolvió con maestría y se lo lanzó a Nick, esperando que el papel, impregnado de chakra, lo enroyase por sí solo. Y de hecho parecía que así había ocurrido, pero Nick, que se había dejado enrrollar, solo tuvo que tocar con su dedo meñique una fisura minúscula en el papel, para encontrar su único punto débil, y conseguir que en dos segundos el papel se tronchase por completo, quedando liberado fácilmente.

Nick, que empezaba a cansarse ya de lo pesado que se estaba poniendo el genin, se dirigió hacia él y le dijo que parara si no quería que empezara a pasarle de todo.

Como Hino no hizo ni caso, y siguió intentando arrearle sin ningún éxito, las cosas pasaron.
Primero se le cayó una lampara gigante encima, después, no se sabe muy bien de donde, apareció un tiranosaurio rex, que le aplastó con una de sus patas. Cuando se fue, por el agujero que el T-rex había abierto entraron dos gaviotas, que le cagaron encima, y después una trampilla del techo se abrió y tanto Kertch como Pyros fueron a caer encima de Hino, que ya quedó inconsciente de tantos golpes en la cabeza.

Nick, por el contrario, pareció alegrarse muchísimo de ver a los dos hermanos. Les dio la enhorabuena con una sonrisa de oreja a oreja y les dijo.


-¡¡Muu wenas a los dos!! Veo que habéis pateado el culo a mis compañeros. Siempre he sabido que en el fondo eran unos inútiles... Aunque quién no lo sería a vuestro lado, ¿no? Jaja. Veo que habéis heredado la fuerza de vuestro padre...





Kertch, que ya estaba a medio camino del letargo en el interior de su cuerpo, salió un segundo, mientras el Yonko le gritaba que tenía 3 min para largarse, que le tocaba a él fumar.


-¡¡Un segundo!! ¡¿nuestro padre?! ¿Conocías a nuestro padre?












-¡Oh! Pos claro que sí, ¿no lo sabiais? Ay... El bueno de John... Vuestro padre era un hombre increíble... Él y Jack, claro, eran inseparables jajaja. ¿Sabeis qué? Me recordáis un montón a ellos... Tal vez por eso me habéis caido bien y no os ha pasado nada malo aún jajaja.
En fin... No tenemos mucho tiempo para charlar, debo irme a que me asignen dos nuevos compañeros para dar el pego y que parezca que curro, ya me entendéis...




-¿Eh? ¿No vas a pelear con nosotros? ¿no se supone que eres nuestro enemigo?








Nick dio un bostezo, y se tiró al suelo , donde de pronto habían aparecido unos cojines.



-AAaahhhhh (bostezo). Me da pereza, chico, qué quieres que te diga. Y ya te he dicho que me parecéis buenos tipos. Además... Se lo debo a vuestro padre. Siempre me trató muy bien, así que seré colega vuestro también, ¿okas?
Bueno, y ahora, antes de que me vaya... Mi infalible intuición me dice que deberíais ir con los ojos bien abiertos. Puede que hayais pasado detalles por alto, o dado por hecho cosas que realmente no eran tan seguras... A veces los muertos pueden volver a la vida...


Les guiñó un ojo con picardía, y entonces Hino empezó a hacer ruido (traducido en una retahila de tacos y comentarios ofensivos hacia la madre del mamonazo de Nick), mientras empujaba la lámpara y los restos de muro que le habían caído encima.

Kertch y Pyros se giraron, y se partieron de la risa, pero cuando volvieron a girar la cabeza para contestar a Nick y preguntarle acerca de sus misteriosas palabras, este había desaparecido completamente...

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