lunes, 15 de diciembre de 2008

Capítulo 6 Superación









Nara
Pyros





La situación apenas había cambiado para Pyros en aquellos agonizantes momentos, sabía que pensándoselo mas no iba a conseguir salir de hay, pero el dolor y el entumecimiento de los miembros le impedían cualquier acción.

-Es o mi porro o la vida... ¡¡NO!!, siempre hay un camino más corto, más fácil, siempre hay una segunda opción... Debo soltar el porro y luchar... pero... el aire puro... ¿destrozará mis pulmones?... ¡Si!, el segundo camino... la respiración, la aguantaré, el riesgo será menor, aunque no se si el efecto será el mismo... quizás insuficiente...


Pyros notaba ya como su corazón empezaba a fallar, le entró un profundo sueño, se encontraba cansado, fatigado por la pelea, con ganas de dormir y descansar aunque fuera eternamente. Numerosas veces se le pasó por la cabeza el tirar la toalla, que no tenía sentido seguir luchando una pelea perdida, pero rápidamente se deshacía de estas ideas, al parecer, su cerebro también le estaba fallando, una mala pasada del frío.




-¡¡NO!! ¡¡NO ME RENDIRÉ!!, no ahora... pero...




-Jajajaaja... ¿Aún sigues vivo?, me sorprende tu resistencia, otros ya habrían muerto, pero da igual, nadie ha conseguido sobrevivir a este ataque NADIE y mucho menos lo conseguirá un INSERVIBLE como TÚ.





Esas palabras tuvieron el mismo efectos que las anteriores, un gran rechazo y nuevas energías, energías que ahora Pyros sabía en que utilizar. Su mente volvió a ser la de antes, desaparecieron por completo las ideas de rendición quedando solo la de victoria. Renovado, Pyros tomó la mayor decisión de su vida.


Pyros dejó de respirar, al principio fue duro, pero poco a poco vio que la cosa daba resultados, a cada instante que pasaba se volvía más y más poderoso. Pasado unos cuantos segundos llegó el momento decisivo, si seguía por este camino se tendría que enfrentar a su mono.



-¿¿Quién dijo miedo??, ¡¡¡POR ESPARTAAA!!!





El rubi apretó los dientes y aguantó el dolor como pudo, de golpe y sin saber por qué, se sintió distinto, otra persona, con un poder muy superior a la anterior. Era algo nuevo para él, peligroso y excitante, tenía que mantener un nivel completo de concentración, tanto poder no es fácil de controlar. Eso unido al dolor del mono y al tener que estar aguantando la respiración hacía la situación un tanto peliaguda, pero ya no podía perder, no tan cerca.

Una energía intensa empezó a concentrarse dentro de Pyros, consciente de ello, Wolx, dedicó casi todo su chackra en reforzar el hielo, pero era como intentar detener una avalancha. La lucha de poderes se intensificó hasta que, al fin, con un fuerte estallido, el hielo, se rompió a cachitos, liberando a su ocupante envuelto en un montón de llamas que recorrieron toda la habitación, iluminándola con una intensidad casi cegadora.

Llamas recorrían el cuerpo de Pyros, aunque ninguna ardía tan intensa como la de su mirada. Con un rápido movimiento Pyros levantó a su adversario del cuello con una mano, mientras, con la libre, extendía un papel sobre la mesa de la sala. Con un brusco movimiento el anbu estampó a Wolx contra el papel, rompiendo parte de la mesa, y lo envolvió rápidamente. En un movimiento bien memorizado, Pyros se llevo a la boca el peta a la vez que lanzaba una potente llama para encenderlo.





-¿Qué haces imbécil?, ¿no sabes que soy ignífugo?






Sin mediar palabras, el rubio, intensificó su llama a niveles hasta ahora inimaginables para el. Un tornado de fuego salía a sus pies, extendiéndose luego por toda la habitación.
Ante las risas de su oponente Pyros fue aumentado el calor de sus llamas progresivamente. La temperatura se elevó drásticamente, ningún humano normal podría soportar tanta. Del techo comenzó a caer lava, piedra derretida, al igual que de las paredes, la habitación entera se estaba derritiendo poco a poco entre una nube de llamas.

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