domingo, 14 de diciembre de 2008

Superación Capítulo 6









Nara
Pyros





Una tenue voz le llegó al muchacho del exterior.


-Jajajaaja... te dije que dominaba a la perfección mi elemento, que te hacía suponer que no podía volverme
completamente agua y congelarla.




Un calor recorrió el cuerpo de Pyros, un calor que le permitió resistir un poco más y pensar con más claridad, el calor del odio. Inundado por esa enorme fuerza Pyros empezó a mandar ordenes a sus músculos, intentando romper el hielo, pero ya era demasiado tarde, el hielo se había espesado, era duro como la roca. El anbu se vio forzado a buscar nuevas soluciones a este problema, mientras, su adversario, seguía presumiendo de su inteligencia y poderes.

Estaba ya a punto de rendirse, de dejar de luchar contra la hipotermia cuando, como si de un mundo paralelo se tratara, Joda se le presentó.

-...para que alcancéis vuestro máximo poder habréis de enfrentaros a vuestro lado oscuro, a vuestro mayor miedo, y entonces, y solo entonces, alcanzaréis vuestro mayor potencial...






-Pero, ¿cuál es mi mayor miedo?...





En ese mismo momento Pyros volvió a tener otro viaje, pero, esta vez no era Joda el que tenía delante, sino a él mismo tumbado en una cama, durmiendo. Inexplicablemente consiguió ver lo que soñaba, al instante reconoció el sueño, o mas bien la pesadilla. El sueño era bastante conocido por Pyros, lo había tenido innumerables veces en su infancia.
Soñaba que se iba de viaje a un claro, alejado de todo. Una vez allí, abría su bolsa y descubría que se le habían acabado los porros. Alarmado, examinaba rápidamente sus bolsillos, pero no encontraba tampoco nada. Su porro estaba apunto de agotarse, no tenía nada que fumar. Empezaba a correr sin rumbo fijo, buscando algo que liar, pero no encontraba nada que fumar. El porro era cada vez mas y mas chico, se le agotaba el tiempo. El sueño duraba lo que le duraba el porro, pues al acabarse siempre se despertaba, empapado de sudor frío y con el corazón apunto de salírsele.

Sin saber muy bien por qué, Jodas reapareció, pero esta vez no era un recuerdo.


-Exacto, ese es tu mayo miedo y habrás de superarlo si quieres ganar.






Esas últimas palabras devolvieron al rubio a su agonía, lo único que podía sentir de sus miembros era un intenso dolor. La situación era similar a la de su sueño, no podía moverse para encender otro peta y el suyo se le estaba ya agotando, al igual que su vida, si no hacía nada, moriría antes de acabárselo.
Pyros miró a su peta, era reconfortante la entrada del calor de su por sus pulmones, el aroma de hierba fresca. Solo había dos opciones, o renunciaba a fumar, o esperaba a su muerte fumando hasta el final.

-"Será este mi final... ¡¡NO, NO DEBO RENDIRME!!... pero... el mono... el mono será terrible... es la única opción... ¡¡¡DEJAR DE FUMAR NO ES UNA OPCIÓN!!!... al menos moriré como siempre había deseado... fumando... ¡¿Pero que hago?!, mi hermano confía en mi... Pero... ¿Y si no funciona?... ¿Y si Jodas el Rey de los Regates es solo eso, el Rey de los Regates?... Podría salir bien o proporcionarme una muerte horrible."


Una nube de pensamientos inundó la cabeza de Pyros, las dudas eran enormes, los riesgos, los máximos.

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