sábado, 9 de enero de 2010






Nara Kertch












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Kertch no podía evitar reirse con lo cómico de la situación. Hino no paraba de gimotear y patalear intentando liberarse del porrobot, y este se dedicaba a azotarlo sin piedad, preparando la tarea.



-FORNICAR OBJETIVO... FORRRNICAAAARRRR.... FOOOOOOOKKKKK...

























-¡¡KEEEEEEEERTCHHHH!! ¡¡¡PEDAZO DE ANORMAL, QUE ME SAQUES DE AQUIIIIII!!!






-Vooooy, vooooy, no me metas prisa...







En ese momento el Nara reparó en el hecho de que Hino tenía en sus manos un porro diferente a los que él y Pyros solían llevar. Tampoco tuvo mucho tiempo para pensar en ello porque el robot, molesto por la interrupción le estaba mirando fijamente mientras emitía chirridos.




-NUEVO OBJETIVO FIJADO... INICIANDO PERSECUCIÓN!!!!






















Le dio a Hino un nuevo azote que lo lanzó contra la pared y saltó hacia Kertch, dispuesto a violarlo, pero el Nara se hizo a un lado rápidamente y le dio un tajo muy profundo al porrobot en una de sus piernas, lo que hizo que este se desestabilizara y cayera al suelo con un enorme estruendo.

Kerch se acercó a él para rematar la faena cortándole la cabeza, pero en ese momento la máquina humanoide dio un resoplido muy potente y el porro que llevaba redujo un poco su tamaño.
Después de esto, un fluído negruzco empezó a emanar de su pierna dañada y en cuestión de segundos formó una masa sólida tan dura como el resto de su cuerpo de acero.



-Pero qué demonios... Esa es la técnica de cicatrización Suu, una de las favoritas de Pyros... ¿cómo es que este bicho puede usarla?







Sin darle tiempo a hacerse más preguntas, el porrobot se levantó de un salto y extendió los brazos, listo para disparar.

Pero Kertch, que se esperaba una llamarada, se vio soprendidó cuando lo que le cayó encima fue un aluvión de porros de la misma factoría que el que Hino tenía en la mano. Kertch miró a su compañero, que estaba aturdido por el golpe de la pared y lo entendió todo.

El peliverde dedujo que seguramente esos petas eran de una calidad muy alta, por lo que sabía podían ser de la Aldea Suu, donde estaban los mejores, y probablemente Hino fue derrotado
al verse obligado a fumárselos, lo cual le dio un tiempo precioso al porrobot para inmovilizarlo y... bueno, ponerse cariñoso con él.

De un manotazo se quitó de encima los porros, pensando que si fuera el Yonko quien controlase su cuerpo en ese momento tendrían un serio problema, y de una veloz embestida cortó limpiamente la cabeza al porrobot, poniendo fin al combate.

Como la vez anterior, el robot chisporroteó antes de emitir un fogonazo de luz verde, pero esta vez no ascendió un papel. El chorro de luz verde estaba aparentemente vacío, aunque unas lucecitas azules bailaban en la corriente, despertando la curiosidad de Kertch.

Se acercó un poco más a la fuente de luz y lentamente fue metiendo la mano dentro, hasta que estuvo totalmente sumergida en el chorro. En ese momento la luz se expandió, formando una esfera que envolvió completamente a Kertch.

Lo que vino después fue un estado de trance en el que una serie de imágenes se sucedían ante los ojos del joven mostrándole los recuerdos de su padre.
Notó su corazón latiendo rápido al contemplar de nuevo a su padre enfrente de él, algo más envejecido de lo que lo recordaba, trabajando en un taller de esas mismas minas.

Vio cómo construía los porrobots, sellaba puertas y colocaba dispositivos en las esquinas de determinadas habitaciones, sin entender el motivo de todo aquello. Después, la escena volvió al taller donde el hombre estaba trabajando entre herramientas y partes robóticas.

Como si pretendiera resolverle la duda, el padre se giró mirando directamente a donde sabía que se encontraría su hijo, y empezó a hablar.

"-Kertch, hijo mío. Si estás viendo esto, quiere decir que has derrotado el porrobot que custodiaba una habitación sumamente importante. Coloqué un detector de ADN para asegurarme de que solo un hijo mío pudiera ver este mensaje, y así librarle del peligro... Estas ruinas no son un sitio normal. Si he permanecido aquí todo este tiempo es porque tenía que asegurarme de que este lugar fuera protegido.
Al final de estos túneles se encuentra una habitación que contiene un portal sagrado Suu, directamente conectado a la nueva Aldea del Peta, donde como sabes ninguno de nosotros sería bien recibido. Además, les ha costado mucho trabajo reconstruirla, y no podemos permitir que queden expuestos al mundo antes de que se hayan recuperado por completo.
Debo decir que me alegro de que fueras tú quien esté recibiendo este mensaje... para tu hermano simplemente había preparado varios sacos de porros a la salida de los túneles y no habría podido darle esta información... Pero tenías que saber esto.
Además, la última sala está custodiada por un porrobot gigante, una de mis más poderosas creaciones para salvaguardar el portal, y sería terrible que debierais enfrentaros a él. Estos túneles están protegidos por muchos sitemas de seguridad además de los porrobots. Si no se sale de ellos en 30 minutos, todas las trampas se activarán a la vez y os será imposible salir de aquí. Por suerte como te decía, la sala en la que te encuentras contiene escondido el botón para desactivar dicha seguridad durante un rato, y podáis salir rápidamente aunque hayan pasado los 30 minutos. El botón está tras el cabecero de la cama, simplemente debes pulsarlo.

Eso es todo, hijo. Me alegra saber que estás vivo y en forma. Espero que podamos vernos algún día..."


Kertch salió de la ilusión con los ojos vidriosos de la emoción contenida. No tenía tiempo para emocionarse y pensar en los detalles del mensaje, por lo que corrió hacia la cama, la movió para localizar el botón y...

...descubrió que la pelea de Hino con el porrobot lo había destrozado completamente.





-Pero qué.... ¡¡MIERDA!! ¡¡Está roto!! -Miró su reloj y comprobó que faltaban menos de cinco minutos para que se activase la alarma en todos los túneles.- ¡¡Debemos salir de aquí cagando leches!! ¡¡Hino, despierta!! ¡Tenemos que encontrar a Pyros!






Le dio dos bofetones a Hino para espabilarlo, pero no reaccionaba, así que lo cargó en su hombro y salió volando fuera de la habitación, tomando la primera bifurcación a la derecha y esperando poder restablecer el contacto con su hermano.

Al cabo de un par de minutos notó un fuerte olor a marihuana y voló lo más deprisa que pudo en esa dirección, lo que finalmente le llevó a un pasillo de color dorado y recto, mucho más largo que los otros, como si llevara a un sitio más importante...


-Oh... oh.... noo... ¡¡¡MIERDA, NO PUEDE SER!!!






Pero sí era. Al final del pasillo estaba Pyros, que tenía ya liado a Folgore y estaba a punto de fumarselo. Pero eso no era lo más grave. En el momento en que entró en la habitación sonó un rugido gigantesco que hizo temblar la tierra, y la puerta de la sala se cerró con un terrible portazo, quedando totalmente sellada por dentro.

Kertch usó su porro espada para liberar a Folgore, haciendo caso omiso de las protestas y pucheros de Pyros y miró al frente, donde un gigantesco círculo de piedra estaba dibujado en la pared de la habitación, mucho más grande y espaciosa que las otras que había visto.
El círculo de piedra estaba sellado por tres líneas que partían de él hacia los lados y terminaban en tres pequeños círculos con una ranura esférica cada uno donde seguramente haría falta introducir algo.

Kertch se giró hacia su hermano y le gritó que debían irse, pero éste nisiquiera llegó a oírle, puesto que un porrobot de tamaño monstruoso salió del suelo en ese justo momento, causando un temblor que los lanzó a todos contra el suelo y gritó:



-¡¡¡¡¡ GRUUUUUUUUUU
UUAAAAAAAAAAR!!!!!
¡¡¡¡EXTERMINAR INTRUUUSOOOOS!!!!
¡¡ANIQUILAR!! ¡¡ENGULLIR!!
¡¡FUMAR!! ¡¡FORNICAR!!
¡¡REGURGITAR!! ¡¡PATEAR!!
¡¡APALEAR!!
¡¡¡¡¡¡
¡¡¡¡¡DEEEEEEESTRUII
IIIIIIIIIIIIIR!!!!!!!
!!!!!!










Y lanzó su enorme brazo contra ellos, dispuesto a convertirlos en puré.

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